EVALUACIÓN DEL POTENCIAL DE LA APLICACIÓN DE BIOFERTILIZANTES EN HUERTOS DE MANZANOS 'GALA'

Miguel Leão de Sousa, Marta Gonçalves
INIAV, I.P. – ENFVN

La fruticultura de precisión, basada en principios de eficiencia y sostenibilidad, se ve hoy reforzada con la oferta de biofertilizantes en el mercado. Esta tecnología podrá contribuir a mejorar la calidad de los suelos, concretamente de su estructura y equilibrio biológico, disponibilidad de los nutrientes e incremento del desempeño fisiológico de las plantas, con impacto en el rendimiento de los productores y en la mejora del ecosistema. Este artículo pretende presentar resultados preliminares del uso de biofertilizantes en huertos de manzanos ‘Gala’, en las condiciones del oeste de Portugal.

Los biofertilizantes son formulaciones que contienen microorganismos vivos, normalmente bacterias y/u hongos, que establecen relaciones simbióticas con las plantas huésped, y pueden aportar diferentes beneficios a la producción agrícola. Entre ellos, la mayor disponibilidad de nutrientes en el suelo debido al incremento de la fijación del nitrógeno (ej. Azotobacter, Rhizobium), de la solubilización del fósforo (ej. Bacillus subtilis y Bacillus megaterium), azufre (ej. Thiobacillus) o potasio (ej. Bacillus mucilaginosus), aumentando su contenido en el suelo y/o disponibilidad biológica. También pueden interferir en la producción de fitohormonas con efecto en la regulación del crecimiento de las plantas, estructura y tamaño de las raíces, en el control biológico de enfermedades del suelo, biodegradación de sustancias, reciclaje de nutrientes y biorremediación de suelos contaminados.


En este sentido y para evaluar los efectos potenciales de biofertilizantes en el aumento de productividad, calidad, respuesta fisiológica de las plantas y posibilidad de reducción de las unidades fertilizantes aplicadas por las tecnologías convencionales, se estableció un protocolo experimental entre INIAV, I.P. y la empresa Asfertglobal, cuyos principales resultados se presentan resumidamente. Para estas evaluaciones se plantó en mayo de 2018 un huerto de manzanos con árboles ramificados (7+), de la variedad ‘Gala Redlum’, injertado en M9, con 3472 árboles por hectárea (3,20×0,90). Las líneas tratadas con biofertilizantes fueron fertilizadas con el 70 % de las unidades usadas en el programa estándar y comparadas con líneas de control con un 70 % (T70) y 100 % (T100) de ese programa (sin aplicación de biofertilizantes). Se evaluaron los efectos de los biofertilizantes Mycoshell® (combinación de endomicorrizas Glomus spp. con ácidos húmicos y fúlvicos) en las dosis de 2 (Myc2) y 4 pastillas (Myc4) aplicadas a la plantación, Kiplant All-Grip® (Bacillus megaterium – 1 x 10 * 8 ufc/ml) en la dosis de 6 (Allg6) y 12 l/ha (Allg12) y Kiplant iNmass® (Azospirillum brasilense – 1 x 10 * 8 ufc/ml), en la dosis de 6 (iNM6) y 12 l/ha (iNM12), aplicados al principio del ciclo.

 



Variación del contenido en macro y microelementos en el suelo y hojas

Se comprobó que la aplicación de biofertilizantes se manifestó en el aumento del contenido foliar de nitrógeno, con los valores medios de los análisis realizados en los dos primeros años con valores superiores al control tratado con las mismas unidades fertilizantes (T70) y en la mayoría de los casos equivalente o superior al control con el programa estándar (T100). También fue notorio un amento del contenido de fósforo y magnesio en el suelo, más rápido en las modalidades Myc2 y Allg12, con la generalidad de las modalidades biofertilizadas presentando al final del segundo año contenidos de fósforo en las hojas superiores a ambos controles (T70 y T100) y superiores a T70 en el caso del magnesio. Aún no se han observado efectos destacables en relación al potasio y el calcio. Parecen existir aún consecuencias de la aplicación de los biofertilizantes en los contenidos de cobre, manganeso o sodio en el suelo, o azufre, boro y zinc en las hojas.

Evaluaciones biométricas

El análisis de la evolución del crecimiento del tronco y ramas de los árboles sometidos a las diferentes estrategias muestra diferencias notorias. La altura final de los árboles después de los dos primeros años de ensayo fue mayor en el T70 (2,33 m), a pesar de que el diferencial en ese periodo fue superior en el T100, seguido del iNM12, Allg12 e iNM6, todos con crecimientos superiores al T70 (26 cm). La AST (área de sección del tronco) aumentó más en las modalidades tratadas con Mycoshell® (Myc4 +2,86 cm2 y Myc2 +2,57 cm2) e iNM12 (+2,59 cm2), por encima del control T70 (+2,52 cm2) (Figura 1). En cuanto a la inversión de las plantas en la formación de nuevas ramas se observa que al final del segundo año después de la plantación, las modalidades tratadas con Mycoshell® presentaban 15,61 (Myc2) y 15,23 (Myc4) metros de ramas por planta, lo que supone un aumento de 10,87 y 11,14 metros por planta formados después de la instalación, por encima de los árboles biofertilizados con Allg12 (9,60 metros por planta) y del T70 (8,99 metros por planta) (Figura 2). Esto significa que durante este periodo la modalidad biofertilizada más favorable (Myc4) produjo 7,47 km de ramas por hectárea más que el testigo con igual fertilización. El crecimiento semanal de los frutos también fue mayor en todas las modalidades biofertilizadas, excepto en Allg12.

Figuras 1 y 2 – AST (cm2) y longitud media acumulada de las ramas (m) de árboles con y sin biofertilización (2018-2019)

Durante el año de plantación se reveló un efecto de los biofertilizantes en el brote de las yemas durmientes localizadas a nivel de las ramificaciones anticipadas, importantes para contrarrestar el desguarnecimiento de dichos ramos en la zona más próxima del eje y asegurar mejor distribución de la carga en la rama los años siguientes. Myc2 (38,5 %), a pesar del elevado crecimiento de las ramas ese año (+3,39m), y Allg6 (41,8 %) proporcionaron tasas de brote más elevadas, al contrario que la modalidad T100 (26,3 %).

Influencia de los biofertilizantes en el rendimiento fisiológico de las plantas

El análisis del CCI (Chlorophyll Content Index) permite obtener de forma indirecta y no destructiva estimativas del contenido de clorofila y, con eso, deducir el rendimiento fisiológico de la planta. En los dos primeros años se comprobó que las modalidades biofertilizadas presentaron valores de CCI más elevados que el T70 en la mayor parte de las mediciones, y las modalidades Allg12, Myc4 e iNM6 se distinguieron, junto con la modalidad Allg12, al proporcionar valores más elevados en la totalidad de las ocho mediciones realizadas (cuatro anuales). Los valores obtenidos fueron en algunos de los periodos analizados superiores a los obtenidos en el T100. 

Aunque no tenga significado estadístico, todas las modalidades excepto iNM12 y Allg6 presentan tasas fotosintéticas superiores a T70 (12 µmol m-2s-1), con las más elevadas siendo alcanzadas por las modalidades iNM6 (13,72 µmol m-2s-1) y Allg12 (13,10 µmol m-2s-1). Estas diferencias tendrán un impacto fundamental en la producción de los árboles.  

 

La determinación de la SFE (superficie foliar específica) mostró que las modalidades tratadas con biofertilizantes proporcionaron valores más favorables (más bajos, hojas más espesas) que el T70 durante el primer año y en la generalidad de los periodos analizados del segundo año, con especial relevancia para las modalidades Allg12 y iNM6.

A raíz del análisis a la fluorescencia a través de las pruebas OJIP, se evaluaron la eficiencia cuántica máxima potencial del PSII (Fv/Fm) y el índice de rendimiento, expresado en la base de la absorción (PIabs), por tratarse de dos indicadores muy relacionados con el rendimiento fisiológico de las plantas. Fv/Fm es uno de los parámetros de fluorescencia más usados para detectar la vitalidad del PSII (Fotosistema II) y para medir el estrés de la planta. El 13 de junio, cuando las condiciones de estrés térmico e hídrico empezaron a intensificarse, las modalidades biofertilizadas, con excepción de la Allg6, presentaron valores más elevados que T70 y el 1 de agosto todas condujeron a valores más elevados. Cabe referir que todas las modalidades revelaron valores de eficiencia indicadores de ausencia de estrés fisiológico y siempre muy conservadores, con diferencias próximas entre sí. El PIabs es una expresión multiparamétrica calculada como función de los principales procesos fotoquímicos, como la absorción y captura de la energía de excitación, transporte de electrones y disipación del exceso de energía. Se observó que el 13 de junio las modalidades biofertilizadas, con excepción de la Allg6, presentaron valores más elevados que la T70 y el 1 de agosto, con excepción de las modalidades Myc2 e iNM6, todas siguieron presentando mejores indicadores, a pesar de que después de la recogida solo una modalidad, la iNM6, mantuvo mejor desempeño.

De los parámetros de reflectancia analizados se hace aquí referencia al NDVI (Normalised Difference Vegetation Index) por ser el más conocido. Se trata de un índice que nos da una medida estandarizada de la vitalidad de la vegetación, usado frecuentemente para estimaciones de biomasa, LAI, estrés hídrico, entre otras. En la medición efectuada el 13 de junio, con excepción de la modalidad Myc4, todas las modalidades biofertilizadas condujeron a valores en las hojas superiores a la T70, diferencias que se invirtieron en las mediciones siguientes en las que solo los árboles biofertilizados con Allg12 condujeron a valores de NDVI superiores. Cabe referir, sin embargo, que estas diferencias nunca fueron superiores al 3,5 %.

Producción y calidad

Las producciones obtenidas mostraron la modalidad Allg12 como la más productiva, con un 16,2 % más que la T70 y superior a la T100. También las modalidades Mycoshell® (Myc2 con un 8 % más y Myc4 con un 6,3 % más) e iNM6 (5,1 %) produjeron más. iNM12 y Allg6 produjeron menos que las restantes modalidades (Tabla 1).

Tabla 1 – Productividad obtenida, producción normalizada y producción por árbol en las diferentes modalidades con o sin biofertilización

Las productividades obtenidas deben ser destacadas, pues la modalidad Allg12 presentó 26,7 t/ha frente a 22,9 t/ha de la testigo T70 y las otras tres modalidades (Myc 2, Myc4 e iNM6) produjeron más de 24 t/ha. Estos valores, al normalizarlos con la AST, muestran las modalidades Allg12 e iNM6 como las más eficientes.

Analizando el número de frutos por árbol se observó que los árboles tratados con Myc2 produjeron más frutos (59,80), seguidos de los árboles tratados con Allg12 (59,50), siendo que todas las demás modalidades produjeron menos frutos que la T70 (51,70). De hecho, Myc2, Myc4, Allg12 y T70 produjeron significativamente más que las modalidades iNM12 y Allg6.

Excepto las modalidades Myc2, Allg12 y T70 donde predominan las clases de calibre 60-65 y 65-70mm, todas las otras modalidades tuvieron como clases predominantes el 65-70 y 70-75mm. En las modalidades T100, Myc4 e iNM12 la clase de calibre 70-75mm fue la predominante. Las modalidades T70 y Myc4 fueron las que condujeron a la obtención del mayor porcentaje de calibres por debajo de 60mm (>20 %).

Efectos en el desarrollo radicular y de la parte aérea

Figuras 3 y 4 – Mediciones biométricas y análisis de desarrollo radicular

Figuras 5 y 6 – Tratamiento y análisis de imagen para recopilar información relativa al desarrollo radicular

Para evaluar las diferencias en el crecimiento radicular y respectivas consecuencias en la parte aérea, se plantaron en macetas de 33l con sustrato manzanos «Gala Redlum» (3+), injertados en M9, comparándose los testigos sin biofertilizante con las modalidades Myc2, iNM6 y Allg6. A pesar de que parte de las raíces finas estén fuertemente inmersas en el sustrato y por eso sean de difícil segregación, fue posible verificar que las plantas de control invirtieron más en la raíz principal (con mayor longitud) y menos en raíces secundarias y terciarias. En este sentido, se comprueba que todas las modalidades tratadas con biofertilizantes presentaron mayor número de raíces gruesas (más ramificaciones), destacando la Allg6 con una media de 9,67 raíces por planta y un peso total de raíces de 232,98 g, al que corresponde una densidad radicular de 0,007 g/cm3. Myc2 e iNM6 presentaron también mayor número de ramificaciones, a pesar de no reflejarse en el peso total de raíces, pudiendo significar mayor inversión en raíces finas. 

Tabla 2 – Parámetros evaluados en la parte radicular de árboles con y sin biofertilización

El efecto de los biofertilizantes se manifestó en el mayor desarrollo de la parte aérea, con las plantas tratadas con iNM6 presentando mayor peso total, seguidas por las tratadas con Allg6 y Myc2. Estas modalidades presentaron aún más longitud del tronco y mayor peso total de las ramas, siendo que las modalidades iNM6 y Allg6 presentaron mayor número de ramificaciones que el control.

Tabla 3 – Parámetros evaluados en la parte aérea de árboles con y sin biofertilización

Nota final

En los modelos de producción actuales, es fundamental restablecer el equilibrio suelo-planta, contrarrestando los efectos negativos proporcionados por la recesión de la producción animal (y consiguiente reducción de la indispensable fertilización orgánica), aplicación excesiva de herbicidas y explotación del 

potencial productivo, necesario para la sostenibilidad económica de las explotaciones agrícolas. Los biofertilizantes podrán auxiliar en la mejora de la actividad biológica del suelo, promoviendo el control biológico de organismos patogénicos, reducir la contaminación de los suelos y agua, aumentar la fertilidad de los suelos y productividad de los cultivos con reducción de las unidades fertilizantes aplicadas.

Suscribir nuestraNewsletter

Optimice su producción con nuestros consejos y noticias en su correo.








    💬 ¿Podemos ayudarle?