El suelo es la principal fuente de producción en la agricultura. Un suelo fértil y funcional es crucial para maximizar el crecimiento de los cultivos y optimizar la productividad; sin embargo, gracias al uso excesivo de fertilizantes químicos y el impacto generado por los cambios climáticos, el suelo se está degradando progresivamente. Esta degradación interfiere con la actividad de los microorganismos, que son un componente fundamental de los suelos porque aseguran los ciclos biogeoquímicos de Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Carbono (C), garantizan la protección de las plantas contra agentes fitopatógenos y aumentan la resistencia de las plantas contra el estrés abiótico.

Por este motivo, la aplicación de biofertilizantes (productos de base microbiológica) contribuye significativamente al equilibrio y la promoción de la vida en el suelo, mejorando su funcionalidad, como lo demuestran las pruebas independientes realizadas con nuestros biofertilizantes:

La aplicación de Kiplant All-Grip (compuesto por bacterias beneficiosas del suelo) en un cultivo de tomate de invernadero, en la región de Torres Vedras, indujo aumentos muy significativos en la abundancia y en la biomasa de microorganismos, lo cual promovió la funcionalidad del suelo.

Los efectos positivos se reflejaron en lo que respecta a la productividad, con un aumento del 22 % en la cosecha, gracias al uso de Kiplant All-Grip.

— Nota: El gris representa el control (testigo), mientras que el verde o marrón representa el biofertilizante Kiplant-All-Grip —